Me cansé de escribir poemas para vos. Parte II

Prometí más de mil veces no habitarte en los versos que desnudan mis poesías, no construirte casitas con palabras, no esconderte entre tres o cuatro estrofas que no hacen más que germinar tu nombre. Pero la noche es ambiciosa amigo y justo ahora, no se escucha nada, Ni el vecino de al lado quejandose de lo mismo de siempre, ni mi gata imitando a la luna arriba del techo. Sólo se escucha el silencio. ¿Y cómo le gano yo a eso? ¿Cómo le escapo a la aparición de tu rostro que se asoma como una sombra por la puerta de la cocina y me mira? Me mira. Suspiro tu ausencia y me imagino encuentros que nos llenen de besos que al jugar con la lengua nos borden paisajes en la boca. ¡¿Pero cómo?! ¿Cómo le explico yo a la constante falta de tu presencia, que estoy tan aburrida de inventar tu cuerpo sobre el de otros? como si lo calcara con papel carbónico, y me manchara los dedos para recordar por la mañana que la pura y cruenta realidad es que sólo te estuve inventando.