Para que no exista.
¿Dónde habitan los finales? Que hace rato vengo buscando alguno para atarmelo a los zapatos y salir corriendo a encontrarte, sentado en la vereda de tu casa queriendo ponerle nombre a este silencio
que no merece ni una letra de mi boca. No merece ni una palabra que lo vuela rostro ni una oración que provoque que exista.