Lo poco que sé.

Yo NO SÉ a que hora te levantás, ni a que hora te acostás. Tampoco cuál fue el primer consejo que te dió tu papá. No tengo ni idea si vos también, a veces soñas que volás. Si te gusta aprovechar la mañana los días que estás en tu casa o si cantás cuando te bañas. Lo poco que puedo saber habita en una serie de cosas, NO QUISIERA NUNCA: que te sientas cómodo en el amor sospechar de tus silencios, coartar tu libertad, exigirte la palabra que sobra, entrenarte en el tonto juego de la culpa, ser cómplice de fríos contratos que no entienden nada de amor. Pero lo que si quisiera (y me sacuden las ganas amigo) es: sumergirme en tu cuerpo y navegar por tu espalda. Refugiarme en un pliego de tu piel dormirme sin darme cuenta, en algún costado de tu boca. Dejar que la noche nos encuentre rompiendo las agujas del tiempo, escondidos del sol aguafiestas. En pocas palabras, lo que quiero decir es que te deseo lo suficiente, como para entender que hay una parte tuya, que es simplemente tuya, y yo jamás querré tomar.