Ser poeta.
Que hermoso y desgarrador
el sueño de ser poeta,
me deja con ansias
de transformarme en verso,
con las manos como cascadas,
con la certeza vivir desnuda.
Me deja al descubierto
al alcance
palpable
mostrándome al fin del acto de amor,
luego de un concierto
de gemidos de verdades,
mi rostro real
mi cuerpo real
que suele vivir escondido
cuando el sueño de ser poeta
duerme
en la monótona,
aburrida
y falsa cotidianidad.